RELATOS CORTOS

Aquí, una breve selección escrita de los bocetos que, a veces, dibuja mi intelecto sin pedir permiso.
Pensamientos, reflexiones conmigo mismo o simples anotaciones de lo que emana de mi interior.
Germán Mingramm

Cuento de Navidad

Entre luces y voces, apenas detectables, dos hermanos pequeños, de seis y ocho de edad, salieron de su casa, ubicada en la apacible aldea de Navidalia, para ir en busca, del mejor regalo para su querida mamá.

 -En verdad, Alessandro, ¿tú crees que logremos encontrarle el mejor regalo a mamá? – pregunto la pequeña Caterina, a su hermano mayor.

-Así es Caterina, en verdad lo creo, pues me lo dijo una hermosa hada, en un lindo y fascinante sueño – le respondió Alessandro, con mucha seguridad, a su hermana menor.

-¿Y cómo te lo dijo?;… ¿cómo era ella? – añadió Caterina, con mucha curiosidad y acelere.

-Pues ella, simplemente se me acercó, diciéndome que tomara su mano – respondió pausadamente, Alessandro.

-Y luego Alessandro, ¿qué más paso?;… ¿qué otra cosa te dijo? – agrego Caterina, cada vez, con más interés en lo que su hermano decía.

-Bueno, en realidad no me dijo nada más, pero de un instante a otro, ya estábamos en otro lugar;… en otro lugar, que no dejaba de brillar – contestó Alessandro, mientras recordaba aquello, que ciertamente soñó.

-¿Y qué más Alessandro?;… por favor dime ¿qué más? – volvió a insistir Caterina, para que su hermano mayor, no olvidara ningún detalle, de su gran descripción.

-No pasó nada más, Caterina. Ya que yo desperté, un par de segundos después;… aunque claro, fue suficiente, para comprender, que en aquel brillante lugar, era donde debería estar, el mejor regalo para mamá – complementó Alessandro, con plena confianza en lo que él mismo decía.

-Ojala que a mí también, se me hubiera aparecido esa hermosa hada – resaltó Caterina, con un poco de decepción, al no haber podido ver el hada, tal y como lo hizo, su hermano mayor.

-Pero estoy seguro, Caterina, que a ti también, se te va a aparecer – enfatizó Alessandro, con mucha ternura y tino, para no desanimar, a su hermana menor.

-¿En verdad tú lo crees, Alessandro?;… ¿Crees que a mí también se me llegue a aparecer esa hermosa hada? – volvió a preguntar Caterinina, nuevamente llena de ilusión.

-Por supuesto que lo creo, Caterina, solo tienes que tener confianza y mucha fé – puntualizó Alessandro para motivar a su hermana; y así juntos, ir en busca del regalo para su mamá.

 Así es que, mientras que los dos hermanos caminaban tranquilamente por el bosque, un destello gigante, inesperadamente recorrió el cielo, para luego descender, a unos metros de sus pies.

 -¿Qué fue eso, Alessandro? Me dio mucho miedo – destaco Caterina sin vacilar.

-No lo sé, Caterina, pero a mí también me dio mucho miedo – completó Alessandro, mientras le toma la mano a su hermana menor.

-Mejor regresemos a casa – recalco Caterina, titubeando ligeramente.

-Sí, regresemos – reitero Alessandro, mientras que juntos, daban la media vuelta.

 Sin embargo, en menos de lo que tarda un aire en poder respirarse, una voz, casi de ángel, tapizo el ambiente, por el que ahí andaban.

 -Caterina, Alessandro, no se vayan por favor, no quise espantarlos – comenzó diciendo la voz, envuelta de dulzura y amor – Soy Estela, el hada protectora de toda Navidalia.

 Al escuchar aquello, Caterina y Alessandro, simplemente quedaron helados. No sabían que decir ni cómo reaccionar; pues la mismísima hada, de toda Navidalia, estaba justo detrás de ellos.

 -Caterina y Alessandro, por favor, voltéenme a ver, que solo estoy aquí, para ayudar – insistió el hada, con un tono, verdaderamente suave.

 Entonces, cual perfecto reflejo, los dos hermanos, sin pensarlo dos veces, tan solo voltearon lentamente.

 -Eso es mis niños, eso es – aludió con alegría, la hermosa hada.

-¿En verdad eres un hada? – cuestionó Caterina con la mayor franqueza de su ser.

-Si cariño, soy un hada. La misma hada, que cuido a tu mamá, a tu papá y a tus cuatro abuelos cuando ellos eran pequeños –  subrayo el hada, mientras se convertía en un precioso ángel con alas y aureola.

-Entonces ¿eres tú, el hada de mi fantástico sueño;… así como la de todos nuestros cuentos? –  inquirió Alessandro, con una cara de enorme sorpresa.

-Así es mi niño, así es. Yo soy esa misma hada; y siempre lo seré – señalo el hada repleta de magnífica luminaria.

-Y entonces, ¿tú nos vas a ayudar, a encontrarle el mejor regalo a mamá? – continuó Caterina, con mucha emoción.

-Pues más bien, mi niña, yo les voy a ayudar, a crear una luz entera, para todos y cada uno, en esta Navidad que nos llega– resalto la hermosa hada, mientras juntaba sus manos y generaba, más brillo que el de 20 lámparas iluminadas.

 Entonces el hada, espero unos cuantos instantes y enseguida continuó:

 -Viento mío, viento nuestro, halo del mundo y consecuencia de lo eterno, desde la cúspide fuerte que sostiene las galaxias de este mismo universo, el espíritu más nuestro, nos acoge, para ver la luz en cualquier minúsculo movimiento.  Y ustedes mis niños, son hoy aquí, esa llama principal, que incitara a nuestros espíritus, a ver luz en cualquier lugar.

 Dicho aquello, el silencio más profundo y perfecto, tan solo invadió por completo, los espacios de ese singular momento. Los niños, aunque no lograron entender las palabras poéticas de la hermosa hada, si lograron percibir, una esplendorosísima y exuberante armonía; la cual se acoplaba, en cada uno de sus poros y auténticos ritmos.

-El regalo son ustedes mismos, mis niños;… el regalo para su madre, el regalo para su familia, y el regalo para su adorada comunidad, son ustedes mismos – añadió la hermosa hada, muy bien vestida de suculencia o de  misterio.

-¿Cómo, señora hada?, no entiendo nada; ¿a qué se refiere, con eso que dice, que nosotros mismos, somos el dichoso regalo? – cuestionó Alessandro con mucho escepticismo y confusión.

-La luz, el brillo, la dicha, y el amor, están en ustedes, mis niños;…pues su corazón, genuino de pureza y de pasión, es la real solución, para darle fuerza y razón, a todos aquellos, que tocan su sincera visión. No hay mejor regalo en la vida, mis niños, que el estar aquí y ahora, para nuestros seres queridos. No hay mejor regalo, que entregarnos a ellos, y brindarles, ese inigualable pedazo de tiempo; el cual acobija, como el más bello, de los abrazos fraternos. Por eso mismo, mis niños, sean ustedes mismos, el regalo más esplendoroso, de esta Navidad tan maravillosa. Sean ustedes mismos, mis niños;… sean ustedes mismos, ya que eso, justamente, es los hará brillar, como nadie más, en este grandioso lugar.

Y así, con delirio de agradable manifiesto, el encuentro entre los dos hermanos y la hermosa hada, llego a su fin, no sin antes, haberse cubierto de un suculento y precioso barniz. Barniz de esperanza, barniz de generosa entrega y devoto agradecimiento, para quienes en algún momento, les dieron sostén, cariño y aliento.

La Navidad en Navidalia llegó, y como cada año, el hada Estela hizo lo suyo, para llenar de plena vida, a los habitantes, de esta comunidad, casi fantástica.


LA HISTORIA FANTÁSTICA DE DOS BUENOS COMPAÑEROS

Érase una vez, en la región de quién sabe quién, nombrada no sé ni cómo, y a orillas de algún lugar al que nadie nunca supo cómo nombrar; cuando una curiosa historia, entre dos personajes, casi especiales, empezó a surgir un día jueves. Justamente, el día en que Doña Dolores del Alba, hizo su tan afamada tardeada de Pascua, para celebrar, como todos los años, al lado de su queridísimo “Espectro de Espectacularidad” (toda, pero toda la gente de la dichosa comunidad, tan ausente de nombre, de mote o de definición).

Así mismo, los dos personajes, a los que me refiero, eran Panchito Chito, y el deslumbrante Sol, que brilla y brilla. Panchito Chito, era el quinto hijo de Meldavina González y Traslúcido García de los Rosales; quienes eran campesinos de la zona, y junto con otras veinte personas, formaban parte de la “Escuadrilla de los Aces”; los cuales, en su mayoría, se dedicaban al maíz; a preservar los valerosísimos criollos, que sus amados ancestros, habían venido seleccionado, desde las antiquísimas épocas, en las que la Historia o las propias Letras, ni siquiera figuraban, dentro de los ámbitos de su idiosincrasia, o de sus tan irrefutables realidades que los envolvían día y noche.

El Sol, por su parte, hijo del alguna explosión interestelar, bien pasaba sus horas, extravagancias y aventuras, calentando y dándole luz, a los muchos de abajo;… los inentendibles y confundidos terrestres; los cuales, ruegan por conocerlo todo; y al mismo tiempo, arman tremendos alborotos, cada vez que descubren algo, aún por minúsculo que sea.

Panchito Chito y el Sol que brilla y brilla, se toparon por primera vez, de manera cósmica o increíblemente subjetiva, ese preciso día. Panchito Chito, con la cara viendo hacia los asfaltos que bordeaban a la casona, no encontraba demasiados motivos para alegrar su respiro, o por lo menos, el de su magia más imaginativa. La mayoría de los niños, eran mucho mayores que él; sus hermanos, ni le prestaban atención; mientras que sus padres, como siempre, se encontraban en el campo, adorando a los maíces, y a la profunda dedicación por su fatigoso trabajo.

Panchito Chito, se arrinconó entonces, en un pequeño oasis de silencio, para llegar a sus pensamientos. Siendo así, como su mente se estableció, en ese lugar tan suyo, construido por su psicología disléxica y distraída.

-Panchito Chito, ¿Dónde estás hoy?… ¿Y hacia dónde se ha ido tu brillo? – se dirigió a él, el Sol que brilla y brilla.

-¿Mi brillo?.. ¿A quién se refiere usted?… ¿Y quién es, si yo, ni siquiera lo percibo? – contestó con mucha confusión Pachito Chito.

-Soy yo, Panchito, soy yo… el Sol – continuó el Sol que brilla y brilla.

-¿El Sol?.. ¿Pero si el Sol no habla, ni emite sonidos?… ¿Por qué solo conmigo se comunica; y nadie más, de esto mismo se ha percatado? – replico bastante escéptico Panchito Chito.

-Esto es la vida Panchito Chito, una rueda gigante rellena de infinitas variables, de un sin fin constantes; pero sobre todo, de una cantidad inmensa de barbaridades…Esto es la vida, Panchito Chito; pero también, hay algo mucho más profundo; y eso es, tu Mundo – le explico el invisible tacto del Sol que brilla y brilla.

-¿Mi Mundo?… ¿O sea, todo esto que está aquí de punta a punta? – siguió Panchito Chito.

-Sí y no Panchito Chito, pues si a lo que te refieres, es a lo que tus ojos logran ver por afuera de tus imaginaciones bellas, entonces estás equivocado… Pero, si más bien te refieres, a todo aquello que abarca de punta a punta, dentro de tus propios conceptos, ideologías y percepciones; entonces te diré, Panchito Chito, que estás totalmente en lo cierto – le contó el Sol que brilla y brilla.

De ahí, la luminosidad de Panchito Chito volvió; su credo en sí mismo se fortaleció, y gracias a aquella fantasiosa conversación con el Sol que brilla y brilla, pudo él encarrilarse, hacia su entero vuelo y conexión con su misión.

Colorín colorado, este cuento por ende ha acabado, pues con ello, la cortísima amistad, entre Panchito Chito y el Sol que brilla y brilla, se extinguió, para dar pie a un nuevo capítulo lleno de emoción.

ACLIMIDES BELLO EN RESCATE DE LA DESTREZA DEL MUNDO

Arrancada, la destreza del hombre, de poder deslizarse, entre extravagancias y aires; fue lo que hizo, sin lugar a dudas, que Aclimides Bello, decidiera convertirse, en mago absoluto; pues creía, que si lo  hacía, podría él hallar, la forma correcta, de devolverle, por lo menos, a los habitantes de su querido pueblo natal, la destreza perdida.

Así es que, ajustándose al son del tiempo y al del latido de cada situación, fue como Aclimides, por fin llego, a la mayoría de edad; por lo que estaba ya listo, para iniciar su preparación formal, como mago real.

Una vez en la escuela, de Magos y de Brujos, Aclimides Bello, se acercó a un pasivo búho, que parecía estar, tan solo perdiendo el tiempo:

  -Disculpe, disculpe, ¿Es usted catedrático en este instituto? – se atrevió a preguntarle Aclimides, al búho.

-Disculpe, disculpe; pues claro que sí. Soy el profesor de Energías, Evaristo Listo; ¿Y usted es…? – contesto el búho, con ciertos tintes de amargado o de duro.

-Yo soy, Aclimides Bello, señor, estudiante. Quiero decir, hoy es mi primer día como estudiante – le respondió Aclimides, con un poco de nerviosismo y testarudez, debido a la forma en la que le habló el búho, el profesor, Evaristo Listo.

-mmm ya veo ¿Y estás perdido, me supongo? – expresó el Profesor Evaristo Listo, con considerable ironía.

-Muy perdido señor, todo esto es muy grande; y además, hay mucha más gente de la que creía – añadió Aclimides Bello, con un poco menos de timidez.

-Primer mandamiento del mago, joven Aclimides: Nunca creas como absolutas, las suposiciones hechas; es más, ni siquiera, las tuyas –  cantó con voz de sabio, un tanto arrogante, el búho, Evaristo Listo.

-Lo tomaré en cuenta, señor, muchas gracias; ¿Pero, cree que me pueda ayudar, a dar con el aula en la que debo de estar? – agregó Aclimides con mayor inquietud, pues el tiempo pasaba, y aún no estaba dónde debía de estar.

-Sólo sigue el río de capas oscuras, que sube por aquella sección – avisó, a modo de profeta muy alzado, el profesor Evaristo Listo.

-Pero, si ni siquiera sabe a qué aula voy – contesto con escepticismo y algo de descontento, Aclimides Bello.

-Vas, a dónde tienes que ir; ni a un sitio más, ni a un sitio menos. Solo síguelos, y estarás donde debes estar, ya verás – finalizó, el búho Evaristo Listo, con un tono que intentaba ser reflexivo; aunque más bien, sonó bastante seco.

No obstante, aún a pesar de no estar del todo convencido, con lo que le dijo el búho, Aclimides, siguió al río de estudiantes; los cuales portaban, sus tan características capas oscuras.

Al llegar, tal y como todos, a un aula muy grande, Aclimides se acercó al maestro que daría la clase:

-Disculpe profesor ¿aquí es el aula para los alumnos de primer año? – preguntó Aclimides, con notoria modestia e ineludible encogimiento.

En eso, una muy fuerte carcajada, de los demás alumnos, se desprendió, impidiéndole al maestro, responder inmediatamente. Mas una vez tranquilizadas, por lo menos un poco, las risas de aquellos eufóricos alumnos, el profesor Fresnillo, le contestó a Aclimides:

-Te lo dijo el búho, ¿No es así? – agregó el profesor Fresnillo.

-Sí, me lo dijo él, ¿Por qué lo pregunta? – respondió Aclimides, con otra interrogante; la cual, fue nuevamente recibida, por el gran tumulto de alumnos, con una muy altisonante carcajada.

-Pues verás muchacho, aquello que viste; aquel supuesto búho parlante que viste; en realidad, es fruto de tu imaginación – confesó con estilo prudente y sensible, el profesor Fresnillo.

-Pero, yo lo vi; en verdad yo lo vi, y hasta con él conversé – enunció Aclimides, mostrándose muy confundido y apenado.

-El profesor Evaristo Listo, es nuestro mayor orgullo; hace más o menos, diez años, un grupo elite de magos lo creó. Lo creó, después de haber visto, como se le arrancaba a la humanidad entera, su tan particular destreza, para poder deslizarse, entre extravagancias y aires – entonó el profesor Fresnillo, con modulación pausada, sensata y honesta; aguardó unos segundos, y luego continuó – El búho, nos ha devuelto la esperanza, de recuperar muy pronto, esta destreza; pues gracias a él, hemos vuelto a fantasear, tal y como solíamos hacerlo.

-No entiendo nada, estoy demasiado confundido ¿Cómo algo, que solo existe en mi imaginación, también puede ser visto por los demás?; ¿y más aún, que para todos y cada uno, el susodicho ser imaginado, tenga la misma denominación o nombre? – exteriorizó muy enmarañado, Aclimides Bello.

-Es por el poder del ruego, y de la tan efervescente energía, muchacho-  continuó el profesor Fresnillo, mientras se acariciaba su larga barba, espero unos segundos y prosiguió – Pues aquí, en el instituto de Magos y de Brujos, se ha logrado generar, la adecuada concentración, para que esto mismo fluya; y vez con vez, se nos incremente la destreza, de poder deslizarnos, entre lo más extravagante, y lo más mundano que nos sostiene día y noche.

-Entonces, ¿Eso quiere decir, que muy muy pronto, todos los habitantes del planeta; o por lo menos, los de nuestro querido pueblo natal, estarán con sus fascinantes destrezas? – añadió con mucho optimismo y sobresalto positivo, Aclimides Bello.  

-Pues sí y no, muchacho; ya que aunque vez con vez, a nosotros se nos incrementa la destreza, por estar tan expuestos, a esto que se genera; aún faltan varios ajustes que añadir, para poderlo trasladar, a todos  los demás – cantó el profesor Fresnillo, de una manera tan agradable, que a Aclimides se le aumentó el optimismo y la confianza. Se detuvo un momento; y enseguida finalizó – Pero, tal vez tú, muchacho, seas quien descubra, la forma correcta, para poder trasladarlo al mundo entero.

-Eso sería magnífico, magnífico, profesor. Sin embargo, también mantendré muy en mente, lo que bien me dijo, mi amigo imaginario – respondió Aclimides Bello, con considerable satisfacción.

-¿Y qué fue lo qué te dijo, tu amigo imaginario, muchacho? – cuestionó el profesor Fresnillo, con humildad muy sincera.

-Pues me dijo, que no olvide jamás el primer mandamiento del mago: Nunca creer como absolutas, las suposiciones hechas; ni siquiera, las completamente mías o internas – articuló Aclimides Bello, con mucha madurez; se detuvo un par de segundos, trago saliva y concluyó – Esto hace mucho sentido; y me ayudará a recordar, la gran importancia, de siempre mantener una mente abierta…; y lo suficientemente lista, para aceptar cualquier tipo de posibilidad, que se me pudiera presentar.

-Muy bien dicho muchacho, muy bien dicho; yo no lo hubiera podido decir mejor. Por cierto, ¿Cuál es su nombre? – complementó el profesor Fresnillo, brindándole reconocimiento y valor. 

-Soy Aclimides Bello, profesor – menciono orgulloso Aclimides.

-Encantado Aclimides; yo soy el profesor Fresnillo. Ven, deja que te muestre cuál es tu aula – finalizó con mucho paternalismo, el profesor Fresnillo.

HECHIZADO CON UN HECHIZO SIN HECHIZO

¿La razón de lo que sucede con el transcurso de cada situación, es mágica, y fabulosamente fantástica, al punto de creerla, casi casi como una casualidad sin lógica?… ¿o más bien, todo sucede por algo; por un perfecto equilibro ya sincronizado que explica cada cosa?

Pues sinceramente, no lo sé, ya que muchas veces despierto muy del lado analítico, y se me hace fácil ver el porqué de lo que es y está. Sin embargo, otras veces, lo reconozco, comienzo mis mañanas creyendo en imposibles y en MAGIAS tal vez improbables que explican lo que jamás justificará el análisis de la investigación.

Hoy, despertando de un lado medio, comienzo a recorrer mi rutina habitual, mientras veo mi YO, ubicado en la posición de mi más actual realidad. Lo que soy, lo que me pasa y me envuelve, no solo son hechos que se podrían describir con un simple Causa y Efecto… pues la complejidad de todo lo que represento;… la complejidad de todo lo que cada uno de nosotros representamos, es mucho más que un montón de variables, siguiendo un patrón determinado… ya que la psicología, corazón y sensibilidad que late debajo de nuestros vestidos de humanos;… no sé qué sea; y por qué rayos es tan complicada;…pero sin duda alguna, es lo que nos hace ser tan EXTRAORDINARIOS;… y más aún, porqué cada una de las personas de este mundo, maneja un ritmo, una comprensión y una respuesta a los estímulos, de una forma muy diferente y única.

Y es que pensando a veces desde el lado puro de la ciencia, uno siempre busca encontrar respuestas; y no encontrarlas por dónde sea, representa una hipótesis totalmente  nula. Y ¿a poco no?; seamos honestos, si así pudiéramos descifrarlo todo en esta Vida; el Vivir,  sería mucho más sencillo;… pero eso sí, mucho menos colorido y, por lo tanto, muy aburrido.

El amor, palabra que hasta hace, que se me revuelva un poco la panza, es tan complejo como lo más complejo que ni nos imaginamos.  Para los que quisieran resolverlo todo, a partir de teoremas, de causas y de ciencia; es ciertamente, un terrible dolor de cabeza. Todo trabaja posiblemente al revés de tus propias predicciones; e incluye, en su receta, aún hay más detalles, que la ingeniería más compuesta. Te enamoras, juegas con tu juego, para poder entrar en la orbe de esa otra persona;…  y después de tantísimos reacomodos, para latir en paralelo con su vuelo, aún en los caminos  de amantes, de pareja estable, o cómo quieras llamarle, tienes que seguir trabajando constantemente, para mantener la “llama” a cada instante.

Bueno, malo o todo lo contrario al final, nadie sabe,  cuál sea la mejor manera para llamarlo;… sin embargo, tal parece, que todo  esto, es parte de este rollo viviente, social y humano; el cual, es indiscutiblemente necesario. 

Así es que; yo, como gran loco envuelto en capas y capas de susceptibilidad para el “amor”, he caído en sus redes varias veces. He caído, pero a lo güey para que lo niego, pues por dejarme llevar por la atracción, y por una innegable  conexión, me volví idiota más de diez veces, para hacer estupideces; crear poemas que demuestran mi coquetería torpe, más que “galante”; e intentar por ende, ganarme el corazón de esta nueva musa, ángel o Diosa, que se robó mis sentidos, para hacerme ver distorsiones, que me llevan a creer nuevamente,  en lo más Bonito que se da constantemente.

Sí, sí, me han roto el corazón muchas veces por tonto; la verdad lo reconozco, pues soy yo, quien se imagina tanto; él que se ilusiona; y él que cree en creencias de Amor. Sí, sé que yo debería de ser, más objetivo, real, y chance, hasta más crudo para avanzar;… pero caigo; o mejor dicho, siempre es así como me levanto;… y lo hago, gracias al impulso que la nueva musa, le crea a mi vuelo y a mi disparatada inspiración de poeta.

Hechizado incontables veces, por hechizos sin hechizo, es como tal vez, describiría yo, los andares de este loco;… y aunque es cierto, que podría yo ser más meticuloso en mis procesos de “Ligue” para conseguir a mi dama, mi yo romántico me nubla la razón y la lógica, para hacerme ver MAGIA y POSIBILIDAD;… para hacerme CREER, y hasta volar, al pensar que el amor, es lo más REAL y definitivo que hay;… pero eso sí, tan sujeto y atado, a los canales de la idílica fantasía y enorme transpiración… ¿qué, acaso, estoy yo tan equivocado?

LA CONVERSACIÓN (LA RAZÓN VS EL ESPÍRITU)

 –    En rogar, de un espacio casi utópico para cualquiera, la existencia de lo tangible y del cuerpo, no distinguirá diferencias, con lo que pareciera, solo ser visto, por lo más abstracto de la mente.

   –     Es bonito lo que dices, mi querido amigo, pero con nombre y apellido, te podría mencionar, siempre y en todo momento, las diferencias. La tangibilidad de la materia, así como  la de su física; la de su movimiento y la de su mera existencia, es medible, verificable y corroborada, por más de mil opiniones justificadas. Mientras que lo que la mente ve, imagina o alucina, es tan subjetivo, como el porqué del deseo, de unos y la repulsión de otros, hacia el mismo punto.

    –    Y yo no tengo, más que darte la razón en tu argumento. La factibilidad, para que ocurra, lo que ocurre con las cosas que vemos, depende de leyes; si, tal vez muy complicadas;… pero que a la vez, caen en la simpleza más pura, para responder a cada causa que pasa. Todo lo que genera un efecto, esconde y nos revela al mismo tiempo,  una tremenda escalinata de hechos; los cuales, hacen que ocurra lo que vemos. Logrando así crear, teorías o fórmulas “perfectas”, que se han vuelto UNIVERSALES para este evolutivo, o prehistórico PUEBLO. Y lo creas o no, mi estimado compañero, lo mismo sucede, con la hermosura del pensamiento.

     –   Desde el punto de vista neurológico, y hasta psicológico; si, por supuesto, entiendo que la mente, al igual que un objeto afectado por un efecto, reproduce resultados determinados de acuerdo al efecto; y que el desarrollo, de tal o cual pensamiento,  es producto, de un sinfín de variables acumuladas, a lo largo de un tiempo, y de un espacio, en un sujeto racionalizado. Tal y como lo que ocurre, con la física de cualquier elemento.  Causa – efecto, correlación de particularidades, etc. Sin embargo, el producto en sí creado, por la racionalidad de la mente, jamás podrá ser comparado con lo que sucede en el plano de lo tangiblemente real y existente….

      –  Con tanta dependencia, a tener que definirlo todo, como blanco o negro; por supuesto, que será siempre y hasta el fin de los tiempos, imposible de comparar dos MUNDOS tan diferentes. La percepción abstracta de la mente vs. la “REALIDAD” precisa, de lo que nadie duda; tal y como la caída de la lluvia, o la muerte misma de una persona.  Sin embargo, en esta VIDA, hay más de mil colores para definir el cielo, para definir lo que ocurre, lo que no ocurre, o lo que simplemente nos imaginamos. Al grado, que puede haber puentes clave, para conectar lo que en un principio, fue como agua y aceite; imposible de mezclarse, y de crear maravillas incondicionales.

Y esta misma situación, síndrome o qué sé yo; es lo que ha venido experimentando el HOMBRE, desde que se creó, por esa imposibilidad, de ver juntarse verdades, sumamente desiguales. Y a partir de ahí, se fue creando, lo más estúpido de lo que somos hoy: tal y como el racismo, la desigualdad de géneros, la de religiones, etc.; las cuales, no son más que ejemplos de este grave padecimiento; y que espero yo, pronto remediemos, para comenzar a ver, no solo con los ojos con los que fuimos hechos; sino que además, podamos observar la sonrisa, el existir y la realidad, del planeta Tierra, desde los ojos de alguien que pareciera ser nuestro opuesto.

En rogar de un espacio utópico para cualquiera, la existencia de lo tangible y del cuerpo, no distinguirá diferencias con lo que pareciera, solo ser visto por lo más abstracto de la mente y de los corazones.

CUENTO DE NAVIDAD

En diciembre, la curiosa sensación, que se despierta en cada palpitación, me levanta extrañamente el ánimo, al punto de querer ser un energético duende; ya saben, uno de esos fantásticos hombrecillos, que parecen unos niños.

Magia veloz magia; magia que bailotea y que susurra mil cosas; eres tú, quien me ha hecho escuchar el sonido de aquel tambor, el cual solo existe en mi imaginación.

-bom…bom… bom…bom  – retumba a modo muy Navideño, el tamboreo en mi cerebro.

Es la hora de los renos, empujando los trineos; el momento más exacto, en el que  un par de enamorados, se besan dulcemente, bajo el aromático muérdago verde. Bello cuadro, bella escena y bello todo lo que ahí acontece; sin embargo, para su sorpresa, solo es ilusión, fantasía mía o un buen trabajo de mi alucinación; ya que mi realidad, lejos está, de aquella idílica descripción.

Es el poder del hombre, el que nos hace creer o crear “Perfección”; el que nos tapiza de chasquidos, de variantes y de ruidos, para confundir la verdad. Verdad misma, que yace en nuestro día a día; así como en nuestro inmensurable interior; el cual respira, vive y percibe, cada situación.

Paz, excelsa paz; magnifico termino que promete la máxima tranquilidad; eres sin duda alguna, quien nos ayuda, a mantener el balance, entre la “Verdad” inmodificable, y la absoluta “Quimera” que tanto nos alienta.

Por eso mismo, entre mis ríos de veracidad, y aquellos que solo se imaginan, la gran esencia de mi espíritu, ha decidido, con la razón y con el alma encendidos, que de vez en cuando, debo yo de ser, ese enérgico duendecillo, que si cree en los cuentos de hadas, que si cree en las blancas Navidades, y que si cree, en toda esa magia, que nos envuelve de infinita esperanza.

Así es que, ya muy en mi atuendo de duende, morado, azul o verde, me paró aquí, frente a todos ustedes, para desearles una MUY FELIZ NAVIDAD y un muy PROSPERO AÑO NUEVO.

DILEMAS DE LOS VIGILANTES DEL PLANETA

A tono casi idílico, la maravilla de unos cuantos hechos, que surgieron, después de muchos otros muy revueltos, fue lo que hizo, que se tejiera, con meticulosidad y enredo, la teoría abstracta, de lo que es la vida, en este muy particular momento:

-Suena fuerte la ausencia de hermandad – destacó, con profunda serenidad e ímpetu, el Viejo Vigilante del Planeta.

-Suena fuerte, tal vez hasta aborrecedor; pero aun así, yo considero, que todo mejorará – contestó pausadamente, y envainado de esperanza, el Joven aprendiz de Vigilante del Planeta.

-Ingenua juventud, poder sublime que alimenta la añoranza, el positivismo y la confianza;… no le quito a usted, mi entusiasmado compañero, la ilusión de ver esta evolución, mas hay que ser sinceros, el fervor instintivo, y casi bestial del dichoso humano, es lo que lo que lo que está llevando, a él mismo, hacia una grandísima perdición sin retorno – agrego sin titubeos, el  Viejo Vigilante del planeta.

-Sabio es usted, mi muy conocedor maestro;… y yo, definitivamente no soy quien, para contradecir lo que dice; sin embargo, si le diéramos una considerable oportunidad, a la imaginativa; así como a la fantástica visualización, de lo que somos hoy en día; probablemente, creo yo, es cómo podríamos visionar, las mil y un variantes, que a partir de ahí, se podrían desencadenar, para dar pie a nuestro ineludible futuro, que nos quiere abrazar.  Y con ello, mi querido maestro, es cómo podríamos dar, con la mejor alternativa, para evolucionar; para realmente crecer y rescatar, al TODO Terrestre, del inevitable derrumbe que está por llegar – respondió con energía inextinguible, el Joven aprendiz de Vigilante del Planeta.

-Mágica voz suya, mi estimado pupilo y amigo. Escuchar sus frases, recubiertas de sabores inspiradores; de poesías endulzadas de concientización; así como de una adecuada estrategia, para corregir un error, es lo que me levanta el ánimo, para seguir creyendo en la vida, y en el fascinante movimiento que bailotea, en todo este plano Universal; pero sobre todo, para continuar creyendo, en nuestro propio toque, poder y visión, para hacer que las cosas pasen. Es verdad, que el humano, enclaustrado en su rebaño de humanismo atemporal, es un ser instintivo y casi bestial;… no obstante, en su esencia general, aún  queda, lo reconozco, bastante brillo y luminosidad; los cuales, bajo una correcta guía y señalización, podrán actuar pertinentemente, para recuperar su más franca y pura hermandad – finalizo con estilo reflexivo, y bastante sensato, el Viejo Vigilante del Planeta.

LA INTERVENCIÓN DEL DESEO TAN JUSTO

La razón expandida, de un Deseo Justo, se entremetió sutilmente, entre el pleito y la cordura, para crear así, su propia vida, tan llena de autenticad, o de inconcebible locura; al respirar, tal vez lo irrespirable; mientras intentaba, al mismo tiempo, comprender al sencillo, o complejísimo cuerpo, que sin lugar a dudas, conjuntaba todas esas definiciones absolutas.

-Es el mar, la voz profética que alcanza la paz – entonó con profunda seriedad, el Gran Viento, que siempre está presente.

-Es el mar, efectivamente; o tal vez lo sea, la hermosa canción, que entona puro caos. Caos de sentimientos, de pulsaciones y de coloridas situaciones; las cuales, a manera de ironía, hacen que se genere una extraordinaria paz; al igual, que una exquisita armonía – agregó con ritmo pausado, y bastante reflexivo, el muy sabio vigilante de los mundos, el Gran Infinito.

No obstante, al escuchar las palabras de aquellos dos, el mismísimo Deseo tan Justo, no pudo evitar involucrarse; aún a pesar, de estar inventándose a sí mismo, en ese preciso instante.

-Es así, y será por siempre; con sus preciosos y horrendos acordes, que nos hacen creer, que verdaderamente, existe la paz. Sin embargo, nada más lejos de la realidad; ya que paz y caos; todo y nada; luz y oscuridad; al igual, que plenitud y vacío, son exactamente lo mismo; pues es uno más bien, quien define, por cuestiones de perspectiva, de cultura o de tendencia, lo que es la concordia, la belleza y lo que es la más deseable naturaleza. Lo cual, no es malo por ningún motivo; mas si no se traspasa este “predeterminado” modo de pensamiento, la autenticad nuestra, podría comprometerse, hacia un solo lado, de la infinita entereza; y por ende,  jamás se conocerían, las innumerables maravillas, que podrían desplegarse de las muchas otras facetas – complementó con notable pasión y energía, el Deseo tan Justo.

-Existencia, presente y lo que se da; son tal vez, las únicas cosas que nos deberían de importar; pues la categorización con adjetivos o etiquetas, bien podría valerse, de la mera subjetividad. Yo existo, o por lo menos, así lo considero. Paz es mi algoritmo único que me da ese confort; aunque también, debo yo de comprender, que lo que para mí es tranquilidad, a otros les podría ocasionar, una angustia total – añadió con sensata madurez, el Gran Viento que siempre está.

-Y eso es y será, lo que le da tanta excelencia y perfección, a lo que ineludiblemente es y está – concluyo con elegante elocuencia, y excelsa credibilidad, el Gran Infinito.

LA VIDA COMO VA

Y de esto y de aquello, se compone lo que llamamos, o dejamos de hacerlo. Mi vida y mi historia, así como la de ustedes y los otros, es una más, en esta esfera circular;… y de ella, o de unas cuantas de sus fases, les hablaré hoy.

En mi día fulano de tal, que estaba dentro del rango, de mis deslumbrantes dieciocho, me saque la tremenda lotería, al ser mencionado, como “bola blanca”, por uno de los gritones selectos, de los soldados aquellos.
Así es, a pesar de las estadísticas o de las predicciones que se tenían; quedé como “ganador”, del sorteo militar; el cual se realiza, cada trecientos sesenta y cinco días.

Ni modo; y ni que hacerle, a esta nueva realidad, que me había tocado. Según se decía, era casi un hecho, que sería yo, un conscripto, de pies a cabeza, durante el próximo 2001; que poco a poco, se acercaba a la vuelta.

Mis cuates, amigos y colegas, como buenos maestros, “del escape perfecto”, se libraron de los soldados esos, pues con unos cuantos pesos, se deshicieron de sus destinos verdes, al lado de cuarteles, de órdenes y de marchas forzadas.

Yo por el contrario, como buen ingenuo, o joven honorable y nacionalista, me quede en la lista de los sargentos y cadetes;… no pagué la multa; y por ende, me quedé en las filas, esperando el mandato, de aquellos que nos mandaron.

Al principio, como gran “junior”, quedé etiquetado, pues con la pinta que traigo, aún a pesar, de mis ropas sucias; mi piel color leche pura, me traicionaba completamente;… por eso mismo, al cabo de una quincena; ya todos ahí, me conocían como el “güero loco”. Primero fui “güero”; y después, me hice loco. Loco por mis loqueras locas de loco;… y güero, porque aún a pesar de quererlo, no nací muy bronceado, que digamos.

Güero para esto, Güero para lo otro. El Güero, Güerito, tan Güero, poco a poco, dejó de ser junior o delicado, para los tantos;… y más bien, conforme avanzaba el tiempo, y nos llegaban las circunstancias, me hacía más Fiera; y en consecuencia, me conocían más por mis salvajadas.
Era un verdadero show, el Güero, al final del servicio de un año. Cada semana, entraba yo en acción, tal y como lo hacía Batman, o el Blue Demon, en contra de sus maquiavélicos opuestos. Por supuesto, yo no tenía al Guasón, ni mucho menos, a las Momias de Guanajuato; pero eso sí, había siempre, a quienes ayudar, en toda comunidad.

Así es que, rompiendo ramas con su cuerpo; rugiendo con estruendo; comportándose como león, o como felino sin ton; el güero, y su güerez de güero, hacían lo suyo, para subir su rating;… inclusive, con los sardos y sargentos más exigentes.
Muchos lo admiraban, a este Güero tan inusual, tal y como se admira al Zorro; o como a cualquier otro encapuchado, del que muchos hablan y copian;… aunque claro, había otros tantos, que simplemente, no lo soportaban, por ser él tan loco; tan güero, o por ambas cosas, tan arraigadas, en el Güero Loco.

El servicio militar, entonces concluyó;… y la leyenda del Güero Loco, junto con las muchas tantas, enlodadas en el lodo, se esfumó, de la realidad.
Tal parecía, como si todo aquello, hubiese sido, únicamente, como parte de un sueño. Como parte de un sueño, agüerado o aguerrido, para forjar el carácter, de un semejante alguien;… de un semejante alguien, bastante normal y sumamente relajado. Tal parecía, como si lo pasado, humo hubiese sido;… pero humo, lo suficientemente espeso y fuerte, como para dejar mensajes; o moralejas de mensajes, impregnados por todas partes.

No obstante, mi legado; o bien, mi delirio de legado, fue curioso; y ciertamente, apasionante;… pues me encontré ahí, con mi lado más fúrico y salvaje; aunque al mismo tiempo, con mi lado más líder, y mi voz más constante. Aquella voz, que no se cansa ni titubea, para ayudar al cesante.
Todo, tal vez fue tiempo, en tiempo aire; pero sin duda alguna, sueño, verdad o falso viento, aquello fue algo que me dejó sintiendo, y recordando sentimientos;… los cuales, me han ayudado, a entender, mi mexicanismo excelente, en este ambiente, que día a día, palpita y se siente.
Qué bueno, que me vieron de güero;…qué bueno, que me lo hicieron ver tan recalcado;… qué bueno, que más de unas cuantas veces, me recordaron, que era yo diferente;… y que si no me adaptaba, a su ritmo y a ellos, simplemente no lo lograría;…qué bueno, que me adapte;… que vencí estereotipos, y toda clase de complejos;…pues gracias a todo eso, me hice el loco ese, con el que muchos se identificaron;…a pesar de ser güero;… a pesar de estar descolorido, y falto de pigmento;…qué bueno, fue el haber estado, en donde estuve, cuando estuve;… en un sueño, en una fantasía, en una realidad;… o simplemente, en mi servicio militar mexicano.!!

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